CAPITULO 39: UN DÍA DE MIERDA (PARTE 2)

Durante dos minutos Julián permaneció mecido en dulces sueños mientras Ramiro recorría la habitación agitado de un lado a otro mientras repetía un contundente "Ay, que lo mato" repetidas veces.

Conseguí calmar a Ramiro mientras Julián empezaba a recobrar poco a poco el sentido. Sin duda Kluivert había sufrido un contundente encontronazo con el mismísimo Fernando Hierro.

- Ay mi cara... ¿qué leches haces Ramiro tío? - Dijo Kluivert reincorporándose en el sofa mientras con la palma de la mano derecha frotaba su mejilla.

- Pa que te quede claro que tu a mi niña no le metes ná, ¡Antes te hostio! - Dijo Ramiro mordiendo su lengua.

- Joder Ramiro perdóname, que era una coña - Dijo Julián con ojos de acojonado.

- ¡Ea chaval! - grito Ramiro acercándose con la mano tendida a Julián - Dame esa mano y un abrazo, que eres un chaval, me pasao mucho, lo siento, pero no menciones a mi hija nunca - Mientras abrazaba a Julián.

Yo estaba flipando en colorines con lo allí acontecido y más aún con la cara de miedo que tenía Kluivert en ese momento. Mientras Ramiro lo abraza con "sentimiento" Kluivert tenía las manos temblorosas y su mirada perdida en el techo de la pared, seguramente viendo aún pajaritos volar a su alrededor.





Tras semejante infortunio, saqué del mueble-bar una botella de whisky segoviano y puse tres contundentes chupitos a cada uno. Propuse un brindis por la amistad, la salud y la familia brindando con jolgorio: menudo panorama.

Aún quedaba una hora larga para comenzar mi jornada de la tarde y ellos andaban por así decirlo esperando a ir conmigo a la casa desde la cual accederían al patio de luces. Se quedaron durante veinte minutos viendo los informativos de televisión mientras yo fuí a buscar la llave de la vecina y fumar un cigarrito de la risa sin miradas indiscretas.

Aún estaba flipando de la reacción que tenían ambos, tras un buen tortazo todo estaba tan tranquilo cómo si nada pasase. Esto me recordaba a mi grupo de amigos de la adolescencia, cuando nos pegábamos de leches para estar minutos después de compadreo.

Cerré la puerta de la habitación y abrí una pitillera de plata donde ultimamente acostumbraba a tener pitillos de marihuana liados. Mientras mis neuronas y materia grasa absorvían el THC, conecté mi cuenta de correo al messenger estando en línea la señorita Berlut.

Al minuto de estar en línea, un zumbido proveniente de una conversación que abría galletas maría llamó mi atención:

- JesiiiKa_Carpe_Diem: ey Julito olaaa! Seguro que estás fumandote un porrete antes de entrar a curro xD

- Julito a secas: hombre Jessi q tal? Estoy desconectando un rato, que tengo invitados a comer hoy

- JesiiKa_Carpe_Diem: anda! ha venido a verte tu family???

- Que va estoy con los técnicos de internet, que tienen que terminar ahora una faena y no tenían donde comer.

- JesiiiKa_Carpe_Diem: Ah chachi! Mira te escribía xq un colega de la Uni me ha pasado toda la serie de Los Soprano en mp4 , si kieres podríamos vernos esta noche en tu casa la primera temporada, q mañana tengo que estudiar y paso de salir, kieres????

- Julito a secas: emmm... tengo mucho que hacer... xD Es coña!!! me parece fenomenal, a las 11 en mi casa? o si kieres qdar a cenar a las 10 y pedimos algo

- JesiiiKa_Carpe_Diem: xaxi! a las 10 en tu casa y pedimos pizza! ñam ñam!

Ñam ñam el que tenía ganas de dar yo a ella si tuviese la más mínima ocasión. Mi corazón empezo a latir más rápido de lo normal, podía sentir un cosquilleo que empezaba por mis mejillas y bajaba hasta mi pecho: joder, ¡Era amor!, aunque qué cojones, sólo era una erección.

Empezé a hacer algo de cardio con Manuela para que mantuviese su esbelta figura cuando la puñetera puerta se abrío, con más agilidad que un ratero del metro de Barcelona birlando carteras guarde la pistola cárnica reglamentaria levantandome rápidamente:

- Venga Ramiro, vamos ya para abajo, que terminé de consultar mis archivos - Frotando mis manos

- Coñéee - Esclamó Ramiro - Como huele aquí a "primavera", tas fumao un porrete - Dijo Ramiro

- Uno no Ramiro, me he fumado dos - Contesté seriamente - Entraste en mi habitación sin permiso, cómo si estuviese follado con maniquí - Saliendo por la puerta

- Ya joder yaaaa - Dijo Ramiro - Pero así con las gafas y tan formal vestido me tenias más pintas de pureta  - Saliendo detrás de mi.

- ¡Chaval! - Volvió a gritar Ramiro dirigiéndose a Julián - Arrea tu culo del asiento que nos vamos ya pal tajo - Dando dos palmadas.

Bajamos las escaleras hasta llegar al ascensor y desde allí dirigirnos hasta el primero, dónde entraríamos desde casa de Doña Mercedes, una jubilada que no solía estar en casa pasando la mayor parte de su tiempo con su hijo en Madrid.

Llamé dos veces a la puerta pero nadie contestó. Síntoma y señal de que Doña Mercedes no estaba dentro. Abrí la puerta y con la cabeza mandé entrar a los chavales. Una vez dentro nos dirigimos directamente hasta una pequeña habitación que daba acceso por una ventana al patio de luces.

- Joder chavales esto parece un robo de cacos - Dijo Julián para hacer la gracia de turno

- Anda atontao cierra el pico y pásame unas bridas junto al tubo de medio metro - Contestó Ramiro alargando su brazo.

Me sorprendió la profesionalidad de Ramiro y el buen hacer de ayudante de Patrick. La verdad que a pesar de sus diferencias por ser uno "machote de pueblo" y el otro "chulo de barrio" cuando se ponían a dar el tallo, curraban como auténticos cabrones, eso da gusto.

Inteligentimente Ramiro alargó el tubo que sobresalía por el patio de luces en el suelo cuatro metros hacia arriba mediante trozos sueltos de tuberías que ellos tenían. Tras dejar fijado estos tubos Kluivert fué hasta el garaje mientras comentaba por walkie a Ramiro que cable correspondía a cada casa.

Nosotros (Ramiro y yo) nos encontrábamos ya en el rellano, donde estaba ahora por fin todos los cables de cada casa. Ramiro colocó una etiqueta en cada uno de ellos para saber cual pertenecía cada uno.

- Ea, ahora ya está muy fácil esto - Mientras sonreía - Gracias por todo Julio, luego antes de irnos iremos a despedirnos de ti.

- Perfecto Ramiro, si queréis luego os invito a una caña en el Bar de mi amigo Angelote para que os cuente alguna de sus historias de militar - Mientras apretaba su gigantesca mano.

Aproveché para despedirme de Patrick por el walkie talkie que me recordaba a cuando era pequeño y jubaba con mis amigos a ser un "Gijoe". Bajé a trote ligero las escaleras hasta el portal. Allí se encontraba Don Gervasio, a quién yo llamaba Don Pim Póm-

Este señor era un hombre de unos cincuenta años que trabaja como redactor en un periódico local. Recientemente su mujer le había abandonado por un señor de 40 años y esto tenía  a Don Gervasio amargado. El problema es que amargaba la existencia a otras personas, entre otras a mi.

Este hombre tenía un serio problema y era que desconocía absolutamente las funciones que yo llevaba a cabo. Por ejemplo, si venían obreros a la comunidad debía atenderlos, al igual que mirar que no rayasen el marmol o fastidiasen cualquier pared,para eso las empresas de obras tienen seguros que cubren esos desperfectos que ocasionan.

Lo mismo ocurre con el correo o por ejemplo con cosas tan básicas como atender a un vecino por una urgencia. Luego estaba la gran y acalorada discusión que era que no tenía que pintar y acondicionar las zonas comunes, que eso era cuestión de técnicos que ellos llamasen para ello.

Yo jamás me metí en su forma de cuestionar las cosas, tampoco era mi problema y yo no soy sabeedor de todo, incluso equivocándome muchas veces por querer hacer las cosas excepcionalmente bien, descuidando o haciendo mal otras tareas.

El directamente no quería portero entonces sus quejas iban en cualquier dirección. Al principio de llegar, estaba casi siempre en conserjería cuando terminaba la limpieza sin acondicionar las zonas comunes, cosa que era agradecida por todos los vecinos a excepción de él.

Volviendo al tema de cuando empecé a trabajar aquí, un dìa se acercó para decirme que el no querìa portero porque para pagar a un señor que esté allí sentado cotilleando su vida no quería pagar. Yo le dije que me parecía algo absolutamente normal pero que cuando yo tuviese carta blanca por el presidente o el administrador, arreglaría cosas.

Ahí empezaron poco a poco a darme más responsabilidades en la comunidad, dentro de lo que cabe cumpliendo de la mejor manera que sabía hacer las cosas. Esto era agradecido por la mayoría incluso yo me tomaba la libertad de hacer muchos apaños comunitarios sin pasar un duro por mera gratitud.

Aquí su actitud cambió para ahora decir que estaba poco por conserjería (coincidiendo sus quejas cuando estoy arreglando algo o atendiendo personal) y que a él le preocupaba su seguridad como vecino si entrasen a robar, que para qué quería un conserje si no estaba en el portal.

Total que su vida era una queja continua y hoy no iba a ser distinto. Estuvimos más de una hora discutiendo sobre cómo debo hacer o no mi trabajo gritando y con malas palabras. Lo peor de todo que el se considera en una escala social superior a la mía, por lo tanto sus argumentos aunque fuesen facilmente desmontables no podían ser rebatidos ya que se iba directamente sin escucharte.

Ya tuve un día problemas con él y sinceramente su cerebro en estos aspectos no da para más. Si tú cedes y le reconoces alguna cosa aunque no estés del todo de acuerdo sólo para llegar a un punto de entendimieto mutuo, el jamás reculará ni mostrará un gesto de agradecimiento.

Ante la perspectiva de que una persona sólo sepa sonsacar o relucir siempre los errores de uno siendo incapaz de conceder un respiro o unas palabras alientadoras en algún momento hacen que su relación laboral contigo sea tóxica.

Me encanta los jefes que exigen, siempre y cuando sepan sus funciones apreciando como motivar al personal. Si un tío es bipolar, cambia de opinión constantemente y sabes que su unica finalidad es joderte, ya sabes que ni tienes que molestarte en sentir enojo por sus palabras infectas de odio.

Estuvo recordando que era un mal portero por no estar allí cuando a él le apetecía, pero siempre olvidando o sin mencionar cuando el me llama para cualquier cosa ocupando mi tiempo durante minutos o incluso horas. También estuvo recordándome como la mujer del anterior conserje si este iba a hacer algún trabajo se quedaba ella en el portal. Lo que no decía es que eso era ilegal y dejó de hacerlo una década atrás el anterior conserje porque caía un puro legal a la comunidad de cojones.

Criticaba que hubiese arreglado los jardines, pintado los áticos, pulido el mármol, reacondicionado la madera (toda barnizada) y también se mostraba molesto porque hubiese sellado todos los huecos de los ventanales que se encontraban en las escaleras donde entraba frío.

Las primeras veces que el criticaba mi actitud tan fieramente, sin saber que ocurría, lloraba como una magdalena al llegar a mi casa." ¿Qué he hecho mal? Quizás tenga razón Don Pim Póm y estoy poco tiempo en la portería por las tardes. Voy a hacer caso de lo que dice y sólo moverme por las mañanas."

Tengo que reconocer que soy una persona demasiado inocente a veces cómo perspicaz en otras. Por desgracia estos aspectos de mi personalidad no puedo controlar en qué momentos saldrán a relucir unos u otros.

Durante dos meses estuve haciendo tareas durante la mañana como un loco corriendo para poder fregar todas las escaleras antes de que llegase el chico de correos, o de que apareciese cualquier servicio de mensajería, comerciales que expulsar de la comunidad o los chicos que reparten la comida a domicilio.

Un día me enteré de que este señor se estaba quejando ya que "por las mañanas no me veía en la conserjería y por las tardes estaba todo el día sentado sin hacer nada"-. Es decir, estaba criticando lo que él mismo me había mandado hacer para ser según él "un buen conserje". Cabe decir que yo jamás estuve de acuerdo con su sistema, ya que algo que le gusta a mis vecinos en mi trabajo es que si ellos manchan algo a las 7 de la tarde, saben que yo voy a limpiar todo antes de irme.

Entonces desde ese día me pasé por los cojones sus opiniones al igual que la de muchos, usé mi criterio. El cual es esfuerzo máximo con algo primordial para mí, arreglo la comunidad, pinto, acondiciono, gratis y sin cobrar un puto duro.

Esto fue esencial para conseguir que muchas personas valorasen mi trabajo y conseguir cierto grado de autonomía donde ser yo mi jefe en casi todo. Algo que con orgullo siempre podré decir es que a excepción de cuatro casas mal contadas, dispongo de llaves de todos los vecinos y jamás he violado su intimidad, no sé que coño guardan en los cajones y no tengo ni tendré puta idea de que hay en esas habitaciones que tienen la puerta cerrada sin pestillo.

Con honradez y esfuerzo me conseguí ganar a casi todo el mundo, eso no es "que la gente vaya a votar que quiere portero" ya que eso es algo más subjetivo en función de lo que cada uno quiera. Pero si un reconocimiento laboral y un agradecimiento al trabajo realizo por mi.

Tras aguantar a semejante merluzo sus tonterías tóxicas, mi móvil chinorris sonó sintiéndome por dos segundos Sack Morris en "Salvados por la campana" haciendo honor al título de la serie. Era ramiro:

- Perdone Don Pim Póm, me llama un técnico, si no tiene usted más quejas, voy a realizar el trabajo que usted piensa que no debo hacer, buenas tardes - Alejándome de él - Buenas Ramiro, ¿ qué ocurre ?

- Necesitamos que nos abras la puerta de garaje para finiquitar la faena. - Escuchándose a Kluvert por detrás.

- Pero si ya estaba abierta y dejé el pestillo abierto para que pudieses subir tranquilamente - Argumenté extrañado.

- Sí macho, pero vino un gilipollas que se llamaba como el tonto de mi pueblo, Gervasio, echó la bronca a Julián diciéndole que o salía de allí o cerraba, menos mal que el atontao este había terminado ya abajo.

- Y si ha terminado abajo... ¿qué tenéis que hacer allí ahora? - Mientras miraba de reojo a Don Gervasio perdonándole la vida.

- Que ahora todos los cables que hemos pasado debemos conectarlos y quitar los viejos tirando - Dijo Ramiro mientras estornudaba - Y ya después pa casita

- Genial, bajad al portal y vamos para allí - Mirando mi reloj - Son ya las siete de la tarde, si terminaís finalmente sobre las 8 os invito a una ronda en el bar de angelote.

Durante un minuto exacto, el tiempo que tardaron los chicos en bajar hasta el Portal, Gervasio estuvo taladrando mi cerebro con su lógica inmunda en envidia destructiva. Yo hacía caso omiso pero por educación asentía mientras con mis ojos perdidos en su calva, esperaba que llegasen Ramiro y Kluivert.

Finalmente llegaron los chicos, despidiéndome amablemente de Don Pim Pón y huyendo con los chicos directamente por el Portal. Volteamos el edificio para llegar hasta el garaje y encendí un cigarro mientras abría la puerta con el mando a distancia.

- Mientras que yo conecto todo el cableado en la caja, Julián va a asegurar la acometida exterior a la pared mejor, que anda algo suelta de los tirones. - Yendo para dentro.

Asentí con la cabeza sin prestar demasiada atención mientras miraba como un perro callejero que frecuentaba la zona llamado "golfo" cagaba en un árbol que había en la acera mientras me miraba. La verdad es que Mayo es un mes precioso por esta zona, la vida floral brota con la misma fuerza que el semén por mis pelotas, aunque hoy estás estén hinchadas de aguantar al buen samaritano de Don Gervasio.

Terminé el pitillo arrojándolo a la rejilla de desague mientras iba dirección el garaje. La puerta automática se había vuelto a cerrar decidiendo entrar por la puerta metálica de cerrojo. Al entrar pude ver a Julián con la escalera en una plaza de aparcamiento vacía ajustando la acometida exterior.

Más al fondo se encontraba Ramiro ya guardando sus herramientras. Ramiro se acercó hasta mi y los dos nos dispusimos a mirar como Kluivert aún seguía en la prórroga:

- Venga chaval, que tu compañero ya ha terminado, es más rápido que tu - Dije mirando a Julián.

- Seguro que este sólo es más rapido que yo en la cama, yo soy un artista colocando esto en condiciones  - Dijo con chulería Julián

- Pero tu que vas a hacer "profesional" atontao, anda ajusta ese trozo con una brida y nos vamos, te espero en el coche, que son las 7 y cuarto - Mientras me daba la mano despidiéndose.

Pocos pasos dió Ramiro cuando pude ver que se acercaba un fatídico destino de mierda para Julián. El muy subnormal, haciendo caso omiso a las instrucciones de su compañero en vez de colocar una brida en el cable, se dispuso a taladrar la pared para colocar un soporte.

Lo que él no sabía es que ese tubo gigante de color blanco satinado que tenía a su derecha y se perdía dentro de la pared, era la jodida tubería de aguas fecales. Cuando la broca estaba rozando la falsa pared de masilla que cubría el tubo conseguí esbozar un grito:

- Juliáa - Pum cayéndo contra el suelo al enchar un cordón con una llave inglesa esparcida en el suelo

Alzé la vista ya desde el suelo pudiendo ver a Patrick descojonarse de mi con su enorme bocaza abierta cuando sucedió lo inevitable: el me miro sonriendo, volvió a mirar al frente y mientras pegaba un carcajada taladró la pared. Abrióse la caja de Pandora.

Una fuerte vibración empezó a sonar por la masilla que cubría la falsa pared y en cuestión de un instante estalló toda la masilla provocando un boquete gigante desde donde salió un chorro de mierda liquida con más presión que un ciclista profesional cuando toca control antidopaje.

El chorro de mierda impactó de pleno en la boca de Patrick cayendo desde las escaleras hasta el suelo, golpeándose fuertemente la cabeza. La mierda empezó a caer encima de él mientras yo conseguí incorporarme rapidamente para ir a cerrar la llave de la tubería.

Pero era imposible llegar hasta allí, la mierda brotaba hacia todos los lados como cuando un hipopotámo esparce sus heces en modo "helicóptero". La llave de la tubería estaba impregnada de trozos de mierda y papel de baño que parecía pasta blanca.

Un olor asqueroso empezó a apoderarse de toda la sala. Fueron dos minutos dónde no paro de caer mierda mientras el pobre Julián yacía en el suelo llenándose de mierda. Cuando todo terminó supe que Julián seguía vivo porque se incorporó de medio cuerpo para empezar a vomitar sobre su ropa, impregnada de aguas fecales.

Conseguí llegar hasta la llave y quitándome mi camiseta conseguí cerrar la llave sin llenar de mierda mi mano. Tras ello me di la vuelta e intente acercarme hasta Julián, pero apestaba a mierda. El se encontraba de pié y Ramiro miraba desde lejos con un cigarro en el labio inferior y la boca absolutamente abierta.

- Ay mi madre ¡Gilipollas! - Gritó Ramiro - Te dije una brida subnormal

-. Uagg Uagg - Patrick vomitaba - Llama a una ambulancia

Mientras Ramiro llamaba a una ambulancia, agarré la manguera a presión que tengo para limpiar el suelo comunitario diciéndole a Julián que saliese hasta la puerta que iba a darle con la manguera. No protestó, pude quitar toda la mierda que había en su cuerpo y ropa, quedando empapado y al borde de una pulmonía.

Tras ello subí corriendo a mi casa a por ropa limpia regalándosela a Julián que se cambió allí mismo dejando la ropa de mierda en el contenedor de basura. Llego la ambulancia y Ramiro se marcho acompañando a Patrick.

 Yo me quedé limpiando la mierda mientras esperaba que llegase el fontanero del seguro de los técnicos. Gracias a Dios con lejía y la manguera a presión conseguí quitar toda la mierda y su olor en quince minutos.

Al poco rato llegó el fontanero y arregló la tubería de aguas fecales, que me comentaba que lo que había pasado con Julián era la comidilla en las oficinas de la empresa pensándose el jefe en renovar a Patrick, al final hasta salió bien la jugada para el menda.

Tras irse el fontanero eran ya casi las diez de la noche, yo me encontraba en pleno Mayo sin camiseta (soy tan tonto de ir a por ropa para alguien y no coger para mi) barriendo los restos de cableado que el cerdo de Ramiro dejó al lado de la caja de cables.

En ese momento apareció Don Pim Póm  y mientras se montaba en su viejo escarabajo gritó:

- Pero qué verguenza, fuera de su puesto de trabajo y sin camiseta, ¡ Vaya a conserjería ! - gritó.

Me entró una risa nerviosa mezclado con unas ganas de matar acojonantes. A las diez de la noche se pensaba el subnormal que iba a estar en portería, debería estar chocheando de forma prematura sin saber que eran las diez de la noche, en fin, menos mal que esta noche tocaba serie con la señorita Berlut.

Sonó derrepente mi telefóno, era el aviso de un sms. Era de Jessi, supongo que al ser las diez era para decirme que  se acercaba ya a casa, tenía que ir rápido a ducharme. Abrí el sms mientras corría alegremente hasta el ascensor cuando leí el mensaje: " Julitooo, me han venido a buscar unas compis de clase, que vamos a ir a la biblio nocturna a estudiar, qdamos otro día? sorry bsoteees"

Me paré en seco al llegar hasta la puerta del ascensor, decidí ir hasta el portal y fumarme un cigarro sentado en el muro que había junto a unas jardineras. Cuando me estaba encendiendo el cigarro pude ver a la señorita Berlut salir del bar de Angelote de comprar tabaco, mientras se encendía un cigarro pude ver que su aspecto no era de ir a estudiar.

Una falda corta de cuero negra adornaba sus piernas llegando hasta casi la zona innoble. Una camiseta de manga corta ajustada y de cuello largo pronunciaba más aún de lo normal sus pechos. Y unos tacones impropios de su edad le daban una patética forma de andar. Pero daba igual, estaba muy apetecible. Iba a ir a saludarla cuando un pitido proveniente del semáforo llamó mi atención.

Era un Seat León Cupra negro en plan macarrilla, dentro había un chaval escuchando rap y con una gorra para un lado. Pendientes de oro y una banderia de españa en el retrovisor. Mientras giraba la cabeza pensando que menudo bobo para volver a fijarme en Jessi ví que estaba iba directa hasta el coche.

Se subió al coche, besó al chico en la boca, esté arranco... Mi cigarro se terminaba... Creo que hoy repetían un programa de Iker Jimenez a las 11.... Llamaré a la pizzería...

CONTINUARÁ

Me despedí amablemente de Don Pim Pón mientras salía por el portal para fumar un cigarro volteando el edificio hasta el garaje.



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